Un derbi desnaturalizado

El primer duelo entre galeses acabó con la victoria de Cardiff del malasio Vincent Tan

Los visitantes de Swansea no tardaron en lanzar ayer una puya a los del Cardiff City, quizá la más hiriente: «¿Sois el Wrexham disfrazado?». El Wrexham FC es un club galés semiprofesional de quinta división que viste camiseta roja. El Cardiff tradicionalmente usaba el color azul hasta en el apodo, Bluebirds, pero un empresario malasio, Vincent Tan, tomó el control de las acciones del club en 2010 y decidió que el rojo tenía mayor poder de convocatoria en el mercado asiático. Su capricho distorsionó el sentimiento por los colores de los hinchas del Cardiff, que todavía se dividen entre los que lucen el viejo tejido azul y los que se han decantado por el nuevo tono corporativo, con una invitación promocional para visitar Malasia convenientemente incorporada en el torso. Las excentricidades de Tan, un tipo con bigote y look retro que parece sacado de una peli de Tarantino, han hecho tambalear a su entrenador, Malky Mackay: semanas atrás se cargó sin explicación a Iain Moody, jefe de ojeadores y mano derecha de Mackay, y lo sustituyó por un amigo de su hijo, un kazajo veinteañero que fue becario del club en verano. Uno de sus cometidos consistía en pintar las paredes del estadio.

Así las cosas, un Cardiff City con un ambiente un tanto enrarecido recibió ayer al Swansea en el primer derbi de Gales en la historia de la Premier League, prueba de que el fútbol comienza a ocupar un lugar privilegiado en una nación donde el rugby es el deporte rey. Este vez la histórica rivalidad se incorporó a un escaparate con millones de telespectadores y la grada tuvo un comportamiento más civilizado que en los duelos violentos de antaño. En 1993, cuando aficionados del Swansea arrojaron sillas a los locales y los hinchas del Cardiff se vieron obligados a invadir el campo. Y en 1988, cuando un grupo de seguidores del Cardiff tuvieron que huir a nado por la marina de Swansea cuando se vieron rodeados por aficionados locales. De ahí la expresión swim away (nadar fuera) que desde entonces inspiró los cánticos del derbi.

En esta ocasión, el Swansea City se dirigió por carta a sus supporters para pedirles que «nuestra reputación crezca fuera del campo» ahora que el club ha elevado su notoriedad tras ganar la Copa de la Liga en la temporada anterior y lograr el pasaporte a la Europa League. Los de Laudrup visitaron el estadio del Cardiff City, recién ascendido a la Premier, con el cartel de equipo con mejor gusto futbolístico y una gestión más responsable en los despachos. Pero su recital de pases apenas dominó la primera media hora de juego y el equipo local comenzó a imponer su garra con el ex sevillista Medel como gran director del juego en el medio campo. Un cabezazo de Caulker aprovechando un córner de Bellamy inclinó el resultado a favor del Cardiff. El lateral Àngel Rangel acabó defendiendo la portería del Swansea en el tiempo de descuento tras la expulsión de Vorm. Un inglés y un español se convirtieron así en protagonistas de este derbi desnaturalizado, con siete españoles superando en número a los tres galeses que ayer se dieron cita en Cardiff. Cosas del fútbol moderno.